El muchacho que necesitaba un cerebro
Era capaz de hacer cualquier chica quererlo. Este muchacho tenía ojos como el mar, una sonrisa como el sol, y el cuerpo de un atleta. Las chicas lo querrían y los hombres deseaban ser como él. Pero Eva había jugado este partido antes en su vida y era preparadó. Pero Marque la deseaba. Acercaba a sus trabajos para decirla a Eva como sentía. “Eva, mi flor dulce, es necesario que te tome el corazón y creamos una historia nueva.”
“Marque, eres un picor y no me caes bien. No tienes una buena intención y tratas a las mujeres en nuestro trabajo como tus posesiones. Pienso que eres un muchacho muy, muy malo.”
Marque no trataba a las mujeres como sus posesiones otra vez.
Y la moraleja del cuento: trata a las personas como quieres ser tratado.